miércoles, 28 de agosto de 2013

Del ocaso del Capitalismo.

Durante este artículo nos vamos a dedicar a una temática centrada en el análisis de la situación económica, social y cultural que deviene del modo de vida capitalista que nos han impuesto, no ya nuestros gobiernos (que en algunos casos también), sino los poderosos que tras las sombras acechan nuestra dignidad. Hoy nos dedicaremos a la disección del sistema capitalista, daremos a conocer sus pros y sus contras, para en sucesivos documentos intentar construir un modo de vida en el que el capitalismo solo sea una historia que contar. La crisis que nos afecta en estos días inciertos no es ni más ni menos que los estertores del capitalismo, este ha saturado su propio egoísmo y se ha autodinamitado, se ha suicidado bajo su propio poder, ha conseguido ser tan poderoso que se ha emborrachado de su propio licor. No obstante los gobiernos, lejos de buscar una nueva forma de vida que deje de lado "cuánto más tienes, más eres", lejos de matar a ese viejo enemigo y dar vida a un nuevo amanecer, luchan como chacales por reconstruirlo.
Los desmanes del capitalismo han producido que casi todas las economías de los países se resienta, se suman en una oscuridad y un ostracismo sin precedentes, sin embargo los mandatarios han acudido en su ayuda (cómo es posible que no vean la realidad, o quizá sí la ven y no quieren aceptarla, ya que el capitalismo consigue la enajenación de sus ciudadanos), utilizando el dinero de todos los pobladores para salvar al monstruo que nos tiene atados de pies y manos, usan nuestros recursos para pagar la factura del hospital, que por cierto no es nada barata, y además mediante los medios de comunicación intentan que creamos que esta es la única opción que nos queda, que no hay más que ayudar a los grandes bancos, a los inversores, a las grandes fortunas… a que continúen con su "fascismo deseado”, habrá una contradicción mayor que esta, "los esclavos, que atisban la libertad, ayudan a los patronos para que estos los vuelvan a dominar". Esta es la dura realidad que intentan esconder nuestros gobiernos. Los mandatarios quieren tener un pueblo, cuando menos domado por el dinero, que sea manipulable y este bajo el pesado yugo de una hipoteca, de un préstamo o de cualquier atadura económica que el impida romper las esposas que lo unen a lo económico. ¿A caso no sería mejor que todos viviéramos bien, sin que existiera ningún tipo de discriminación económica, que todos tuviéramos, no solo el derecho, sino la realidad de una vivienda, de un trabajo digno, de una vida acomodada? Pero para eso debemos renunciar al único sentimiento innato del ser humano, el egoísmo, la característica que nos ha llevado a la cima de la cadena alimentario, ese poder que nos lleva a desear lo foráneo sin valorar lo propio. Es el momento de una renuncia sin reminiscencia, debemos abandonar al egoísmo para dar paso a la fraternidad, la igualdad y libertad, pero esta vez de un modo real, porque: ¿Qué fraternidad es posible en una sociedad que envidia lo ajeno? ¿A qué igualdad podemos aspirar cuando el que más dinero tiene es el que más vale? ¿Qué libertad es posible cuando si no pagamos nuestras facturas, por necesidad imperiosa, nos quitan nuestra vivienda? Abrid los ojos amigos, otro mundo es posible, quizá no mejor para los que más tienen, pero si libre, igualitario y fraterno.

1 comentario:

  1. es irracional tener que hablar mal del capitalismo descalificandolo de malo y peligroso cuando la verdadera prosperidad del país se centra en su estudio economico, no por los sentimiemto o emociones, muchos hablan comodamente de algo llamado corrupción, y repiten como loro que ese es el grave problema, pero es un sinsentido, no dice el por que, las causas de la corrupción, en fin ignorancia, es mentira que un gobierno es tan benevolo y sera por siempre incorrupto, aquí se habla de bienestar social de beneficios pero no ven el gran problema que eso lleva a la gente.
    en fin, hablar de corrupción, de anticapitalismo así por nada.
    no sirve de Nada.

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